02 octubre 2006

El cuento de la lechera

Cuando en el año 2001 escribí Linux en los centros de enseñanza estaba ilusionado, se acercaba una era de independencia tecnológica, de posibilidades reales para que los individuos con espíritu crítico y nuevas ideas crearan sus propias herramientas. Por fin una filosofía que no necesitaba del Estado, que no le pedía nada al Estado, que prescindía del Mercado y sus leyes. Se creaba una comunidad dispuesta a cambiar las relaciones entre los individuos e intercambiar conocimientos para pasar a la acción. Así que, ilusionado, me convertí en un evangelizador más de un sistema operativo con indudables ventajas y aplicaciones sociales.


Hoy soy bastante más moderado y algo menos crédulo. Supongamos que continuo en el coro de voces que aboga por el uso del software de código abierto ¿que beneficio obtengo yo de todo esto?. Mi interés por algo siempre es interesado. Por razones de justicia social, por motivos económicos, por estar a la moda, etc. y puedo coincidir con un grupo de personas que tengan ese mismo interés, formar una tendencia, una corriente de opinión, un movimiento social, un nuevo mercado ... Es decir algo novedoso, ilusionante.


Si en la sociedad real las cosas no van demasiado bien (sobre todo si perteneces al nivel o status con menos privilegios dentro de la manada) presuponemos que en la Red y con las tecnologías liberadas las cosas pueden ir mucho mejor, si nos unimos y realizamos acciones conjuntas, los desheredados del sistema, podremos alcanzar la felicidad (captación de adeptos y descontentos). O al menos algo que se parezca a la felicidad. Todos juntos formamos un frente de acción contra la injusticia o, lo más probable, un jugoso segmento de consumidores concienciados. (Mercado ya intuido por Martín Varsavsky con FON, por Google, por Ubuntu, IBM, Sun, y las nuevas empresas bajo el epígrafe de Redes Sociales.)


La Red es un magnífico canal de ventas y promoción, el invento, basado en protocolos y programas de código abierto, un mercado enorme donde, casi de repente, aterrizan millones de usuarios. Y esta es la Biblioteca Universal, la comunicación y el libre intercambio de ideas ... y de productos. Entre ellos los operadores de telefonia que dan acceso a la red (la Red, hoy, les pertenece). Pero hay mucho más.


Es cierto, hay muchos casos heroícos que transmiten esperanza (hablaremos de ellos) y tambien serios nubarrones que vaticinan la irresolución de los problemas. Los problemas no existen, yo no tengo problemas, los tienen los demás, se los inventan. Así se piensa desde determinadas posiciones relativas (definir puntos de mira y horizontes). Así, hoy, pienso, que, un sistema operativo como Linux no resolverá gran cosa en nuestras escuelas (ni en la sociedad), Microsoft tampoco, sillas más cómodas, libros con letra más clara, más presupuesto, mejores vistas al mar o a la montaña: tampoco. Quizá ayuden pero no necesariamente en un sentido o en otro. Tanto como el color en un aula o la disposición del jardín.


Que no, nada que tenga que ver con envoltorios, decorados, calidad del material o el filo del sacapuntas. Una escuela está formada por personas, seres humanos, inmersos en un determinado ámbito social y hay que recordar que Linux se desarrolla en la Red con un grupo de personas que tienen una disposición, una actitud, capacidad para ponerse en obra que dificilmente podemos reunir en nuestro ámbito local. Al menos en número suficiente como para ser eficientes y construir algo positivo. Pero, aunque no es imposible, la realidad es hueso duro de roer y tenemos escuela aquí cerca, aquí al lado, que no termina de funcionar, la culpa no es de Microsoft ni de sus supuestos planes de dominación mundial. Es algo más sencillo: incapacidad. Falta de materia prima en personas y sociedad para autoorganizarse y tomar decisiones, incapacidad para respuesta, adormecimiento, obesidad espiritual y la profunda creencia de que todo está bien como está, de que hay mecanismos suficientes para resolver cualquier situación. Tenemos ideas para ser aplicadas y poder solucionar problemas. Linux es el resultado de un proceso social en el que intervienen muchas voluntades. Es resultado de una acción.


Observatorios y sensores que nos avisan cuando las cosas van mal. Tranquilos. Desde los observatorios detectamos algunos problemas, y nos convencen que re-visten gravedad. Incluso es interesante ocultar esos desfases (entre objetivos propuestos y sus resultados) que son, en opinión de los expertos, de escasa importancia. Para seguir no actuando y adormecer y continuar observando (no haciendo, durmiendo)


Las estadísticas nos dicen lo contrario, pesimistas. Estamos más jodidos, somos más hijos de puta, más codiciosos, matamos más y mejor (de hambre e indiferencia). Ansiosos por escalar un peldaño más, de pertenecer a la casta superior o incluso convertise en líder o acólito de la nueva era del software libre y filosofías derivadas. Los problemas, como siempre, están en nuestro interior. Huir, viajar, ver mundos nuevos, nuevas experiencias (incluso estéticas) lo que sea, siempre fuera, hacia fuera, lejos muy lejos de los gritos de auxilio de nuestro interior. ¿Soluciones? No las hay, te jodes, solo hay herramientas que tú mismo vas a tener que fabricar y eso es duro amigo. Muy duro.


¿Ayudará el adulto, espiritualmente fuerte, al niño (siempre nuevecito) a ser lo que potencialmente (hoy) puede ser (mañana)?. O sencillamente, el cabrón de adulto convertirá al niño en una caricatura de lo que realmente pudo llegar a ser. El adulto, espiritualmente fuerte, está a otras cosas.

Mi experiencia de la realidad es limitada, no abarca el Universo. Así que, posiblemente esté equivocado y lo que viene a continuación no es más que la experiencia limitada que admite mi campo de visión: un radio aproximado de 30 kilómetros. Para que un niño pueda enfrentarse a la dura tarea de autoconstruirse requiere herramientas, alimentación, descanso, juegos, información ... y dado que, depende de otros para conseguirlas, alguien se las ha de proporcionar, esto requiere actos de generosidad y heroíca dedicación. Esto, en general, casi todo el mundo (en especial sus padres) lo tienen bastante claro.


¿Qué quiero yo para mis hijos? Esto, en general, casi todo el mundo (en especial sus padres) lo tienen, tambien, bastante claro. No tanto el cómo conseguirlo (deseos obscuros). Dependiendo del talento, capacidades, salud, etc. del niño, habrá que proporcionarle una mochila con los elementos necesarios para su desarrollo. Desarrollar en tanto que avanzar hacia un objetivo. ¿Quien marca los objetivos? Hay quienes señalan al Mercado, al Estado, a entorno de la casta en la que se mueve ese niño, etc. Lo objetivos pueden ser múltiples, los del niño único, el conflicto de intereses obvio.


Si el asunto es ya de por si complejo, se enreda más aún cuando entran en danza las relaciones, establecidas entre los adultos, entre castas. Es en las Escuelas (múltiples, como objetivos a imponer al niño) donde encontramos, entre adultos, relaciones complejas que, en muchos casos, entorpecen la atención sobre la tarea encomendada a esa Escuela (recordemos, que hay muchos tipos, en función de objetivos marcados). Improviso y no quiero perderme en detalles sobre cómo ha de ser la pedagogía, las herramientas de autoconstrucción, etc. (¿Decide el niño que quiere? ¿Tiene voluntad para ir diseñando su proyecto vital? ... Duermete niño duermete ya)


Pero, en general, la Escuela puede tener diferentes niveles de calidad y vivimos en un entorno donde se garantiza y es obligatoria la educación (así en abstracto) a todo Cristo hasta la edad de X años. La calidad, el concepto mismo de calidad, está en discusión y se define según los intereses de casta, de mercado, etc. Y voy llegando donde quería llegar, creo ... hay un tipo de Centros (granjas) donde encontramos un grupo de adultos finjiendo educar, un grupo de padres finjiendo apadrinar. Un finjido interés por las necesidades a cubrir, para evitar problemas (incluso legales) se atienen al manual, al protocolo, al curricular, a cualquier cosa con tal de no prestar la debida atención, de no pensar, de no dar(se) al otro, de entenderlo de atenderlo. Delegar en experiencias y opiniones ajenas (autorizadas por ministerio de idiotización) y aplicarlas universalmente en catecismo de objetivos mínimos a alcanzar. Apostar, arriesgar, ir más allá de ... conceptos al parecer olvidados.


Si el adulto-funcionario metido a educador es terrible, no lo es menos el profesional de éxito que consigue modelar al niño con garantía de al menos dos años (garantía mínima que marca la ley). Pero niño será adulto inútil o si se prefiere sujeto útil para inutilidad general y Nueva Escuela Democrática. ¿A qué les sonará eso de autoconstrucción?. ¿Qué significa autoconstrucción?. Para empezar es algo muy caro, el Estado no puede permitirse desviar recursos a este modelo y solo está al alcance de unos pocos, al menos de momento.


Los profesionales de la cosa querrán saber más de ese Modelo (pero yo apenas se nada), en realidad es un Modelo que se adapta a los múltiples modelos que cada niño necesita. Y no tengo ganas ni tiempo de explicar aquí, pero ya se lo irá explicando cada niño si se le escucha con un mínimo de atención (sin dejar de entrenar la voluntad). La Red es nueva herramienta, mejor dicho, la posibilidad de entrar en contacto con otros más allá de su ámbito local. Se requiere conocer idiomas, manejar el ordenador, conexión a esa red, etc. y que los padres continuen ocupados en sus trabajos para que el niño disponga de tiempo en intimidad y soledad para comunicarse con otros como él. Nueva casta, nuevo adulto, posiblemente un adulto útil conspirando o tal vez el perfecto imbécil inútil para la vida en sociedad. No sabemos, no podemos saber.


En qué puede ayudar Linux en la escuela, en lo que se refiere a las personas, no gran cosa. Como herramienta de trabajo mucho, en tanto que es posible modificar su código en forma libre para adaptarlo a las necesidad puntuales de los individuos, estas necesidades pueden ser comunes o muy particulares. La red permite compartir conocimientos, problemas, coordinarse para actuar políticamente pero siempre dentro de la misma Red. La vida, el vivir, quizá se vea influencida por las buenas prácticas sociales que se dan en la Red, son posibles, con estas herramientas, adultos fuertes, autoregulados, autosuficientes ... que lleguen a acuerdos más justos ...


Linux, como conjunto de herramientas de libre uso, puede contribuir al desarrollo de esa nueva sociedad. Posiblemente más equilibrada. Los nubarrones representan a todos esos listillos que pretenden utilizar las Redes Sociales para enriquecerse y promocionar la mierda de siempre. La Escuela, tal y como la entendemos hoy, es un invento reciente, hay otras formas de formarse, la Red se perfila como ese nuevo ámbito que sustituirá a la Escuela. Para mejor o para peor, depende de cada uno de nosotros.


Linux (y los movimientos que giran a su alrrededor) no es más que el resultado (uno de los muchos posibles) de una nueva manera de construir e intercambiar conocimiento, es posible por que existen individuos que trabajan en comunidad (porque es su voluntad hacerlo así y nadie se lo va impedir). Lo importante no es el sistema operativo, es la forma de relacionarse entre individuos de muy diferentes culturas, status, etc. para ensamblar una herramienta común (que despues cada uno puede usar con total libertad).


Un hábito, en mi opinión, realmente saludable.



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