27 noviembre 2004

Trementina

Hoy castigado a escribir a la manera antigua. Ni un puñetero enlace, nada que cambie el sentido de la palabra, su orientación, su ideología. Tampoco(1) referencias más o menos poéticas. Tampoco(2) adjetivos de ánimo para el lector, por ejemplo, amable, paciente, etc.. Tampoco(3) advertencias, aclaraciones, incisos, precisiones, notas a pie de ánima.

Al lado, sobre una cama, dos gatos durmiendo la siesta. Acaba la tarde de este sábado único y luminoso. Retirado finjo que escribo en Libro de Notas:

empezando

Un día cualquiera, hace muchos siglos, alguien descubrió los aceites secantes, los barnices y dos o tres pigmentos minerales fantásticos. Complicada elaboración, costosas materias primas que sirvieron para iluminar las viejas pinturas al temple.

veladuras

Fue un largo proceso hasta llegar a eso que se conoce como pintura al óleo. La nueva tecnología empleaba un nuevo medium: aceites esenciales. Unido al talento de muchos hombres dieron como resultado, entre otras maravillas, eso que se conoce como pintura flamenca. La técnica ha demostrado su validez, han pasado unos siglos y la brillantez de los colores aún sujeta el talento. En el camino experimentos fallidos. ¿Dónde está la última cena de Leonardo? . Digerida por las sombras.

opaca costra

Escribo con la opaca tinta (negro de humo y goma árábiga) sobre el inmaculado papel (80% de fibra de algodón) sin tiempo ni talento. Digitalizo: artículo en web servido a través del protocolo de servidor httpd. ¿Para qué? Palabras amontonadas, una encima de otra. Opinando o en prédica filosófica, repetitiva, profundamente inútil. ¿Cambio yo? ¿Cambia el mundo? O simplemente pierdo el tiempo aquí. Un momento, termino de barrer el suelo y ahora vuelvo.

volviendo

Me he demorado, una gota de tinta ha caido, seca y permanente en lo más hondo de la madera: limpia, lija y da esplendor. Remate con cera diluida en esencia de trementina. Esencial aceite. Perdón, era aceite esencial al modo de veladura. Piso y pongo el pie, me siento y cuento un Cuento: Suelo de madera lijado y tratado con cera de abejas diluido, a partes iguales, de aceite de lino y esencia destilada de sangre de pino. Bajo los pies, carne de pino. En el aire un penetrante olor. ¿Marea el Olor o el Cuento?

antipolilla

¿Vuelan mariposas en torno a la traicionera luz de la vela?. No. ¿Hay suelo de madera?. No. Entonces ¿qué cojones hago con esta pluma y tintero manchando el fino papel de algodón?. Contando un cuento a la manera antigua. Ahora viene lo peor. Digitalizar, codificar. He prometido no enlazar.

final

¿Todavía hay pintores y escritores?. Primero barrer y fregar el suelo, espero que seque. Paso la lija fina y aplico la mezcla (leáse unos párrafos más arriba), espero un día a que empape bien la madera y pulo con paño fino de lino. Terminado. Este Lunes instalo la mesa con el nuevo ordenador. Pintar o escribir a la manera antigua me resulta un horror. Añadir confusiones: Cada técnica ofrece sus texturas. ¿Reproducir o crear? Permanentes Imborrables: Textos o Pinturas. ¿Enlaces? ¿Metacollages?. ¿Desvelar o iluminar con la traicionera luz de la vela? Necesito olvido, caos y veladuras (trementina, barniz de ámbar, azul cobalto): Matizar o matar la nitidez de las sombras.

En Abadiano un 27 de Noviembre, 2.004 años de mentiras del señor(4).

(*) Publicado originalmente en Navegando por el Caos. Libro de Notas